Cada vez es algo más extendido, y no se pone en duda la importancia de aprender a nadar o manejarse en el agua con cierta soltura. Sin embargo cada año hay ahogamientos de menores en la época veraniega que acabamos de empezar.
Por ello, es importante, recordar la necesidad de que adultos y niños aprendamos a disfrutar del agua con el respeto que merece. Ni tenerle miedo, ni ser imprudentes.
Lo ideal, si no sabemos nadar, es que durante las estaciones de otoño, invierno y primavera aprovechemos a dar clases de forma más regular. Así tendremos un avance paulatino y constante en los conocimientos de la modalidad.
Si no es el caso, y nos ha pillado el toro, siempre tenemos la opción de los intensivos para llevarnos nociones básicas, ir quitando miedos (quien los tenga) y disfrutar del agua con respeto.
En los niños, es algo necesario, porque ya no es solo el hecho de que aprendan a nadar (que también), si no que interioricen que pueden hacer y que no.
Algo tan básico como no tirarse a la piscina si no hay un adulto dentro, que no pueden alejarse y soltarse, o aprender dónde está su límite de distancia del adulto o el bordillo, a ponerse boca arriba para descansar si se cansan, y un largo etcétera.
En los intensivos, trabajamos por semanas, y aunque posiblemente no van a salir con técnica de crol, espalda y braza, sí que lo harán con nociones básicas. Trabajaremos diariamente con ellos, de lunes a viernes, reforzando así lo trabajado el día anterior y acelerando el proceso de aprendizaje.
Como siempre, cada niño es un mundo y marca sus propios ritmos. No hace mucho os escribimos un artículo con algunos de los factores que pueden influir en el aprendizaje de alguien, os lo dejamos AQUÍ para que podáis echar un vistazo.
Es importante que comprendamos, que nadar en clase no es incompatible con ir a las piscinas de verano. En clase te van a enseñar a disfrutar, y en la piscina de verano vas a jugar aplicando lo aprendido. Aunque sea junio o julio, puedes hacer uso de AMBAS actividades.
No olvidemos, que, si hay una piscina cerca, los menores necesitan vigilancia CONSTANTE, aunque ya sepan defenderse en el agua, lo ideal es estar con ellos en el agua y disfrutar de esos ratos a su lado. Aprovechad a saltar, echar carreras, bucear y poner caras bajo el agua, estarán en un entorno seguro y se llevarán un recuerdo inolvidable de sus padres y abuelos.
Si no podéis estar a remojo con ellos, recordar que tenéis que estar a menos de 20 segundos de ellos en una carrera, y no dejar pasar más de 10 segundos si mirar. Tan solo 10 centímetros de agua son suficientes, no les dejes solos.
Por último, si queréis fomentar lo ya aprendido, o ir preparando el terreno para el curso siguiente, ¡nada de manguitos! Usad otros métodos de flotación y dejad que tengan los brazos libres para moverlos y se puedan desplazar por el agua 😉
¡Feliz verano bajo el agua!
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