Una de las patologías que más vemos y trabajamos desde hidroterapia es la hernia, en concreto la hernia discal.
Para que os pongáis en situación, una hernia es cuando un órgano (o parte de él) se sale de forma accidental o natural de la cavidad que normalmente le contiene. En concreto, la hernia discal es el desplazamiento de uno de los discos intervertebrales que produce rigidez en la columna vertebral y compresión de la medula o de las raíces nerviosas. Solemos diferenciar 3 tipos de hernias, lumbar, dorsal o cervical. Según cual sea, así serán los dolores que aparezcan, como así serán los ejercicios qué realizaremos para mejorar.
En ocasiones padecemos, por ejemplo, de dolores lumbares, y podemos quedarnos en eso, un dolor lumbar, pero los cuadros de dolor nos van a dar una idea de si el dolor agudo de espalda puede ir más allá. Si coincide con los síntomas neurológicos, el dolor ciático continuo hasta el pie, debilidad muscular u hormigueo son distintivos de una hernia y no de un cuadro únicamente de dolor lumbar.
El dolor provocado por una hernia puede estabilizarse con ejercicios controlados por fisioterapeutas sabiendo el grado de la hernia y su localización. En ocasiones más graves no tiene alivio si no es con cirugía, pero en ambos casos es importante el cuidado que posteriormente hagamos de ella. En el caso de la cirugía la liberación de la raíz nerviosa comprimida hace que mejore el dolor de irradiación que no tanto el dolor focalizado, por lo que, siguiendo con el dolor lumbar, sería muy importante el trabajo de fortalecimiento en toda la musculatura del CORE, glúteos y piernas que nos sustentan.
El trabajo de fortalecimiento es muy importante hacerlo en lugares especializados y con profesionales que conozcan bien como realizarlos. Cada caso es particular y es necesario que se conozca bien la patología y de forma más concreta como se manifiesta el dolor en cada persona. Escuchar cuando y como duele al paciente es fundamental. La rehabilitación es siempre la mejor de las decisiones a tomar y en estos casos de hernias discales que pueden volver a darnos problemas con el tiempo más aun, pues de ello dependerá el que tengamos una vida saludable y sin dolores.
Dos tercios de las hernias discales se reabsorben siguiendo un tratamiento conservador, aunque no siempre es eficaz, es importante ser muy constante con las pautas que el terapeuta indique pues ayuda a disminuir la sintomatología de esta y evita que avance o aparezca una nueva.
Que debemos evitar o llevar a cabo (en términos generales) si tenemos una hernia:
- No debemos permanecer sentados o acostados más de 2 horas (excepto al dormir)
- Dormir en posición correcta para la columna.
- Al agacharse siempre doblar las piernas y no el cuerpo (bajar en forma de sentadilla)
- Mantenerse en movimiento para disminuir la rigidez de la comuna
- Un buen colchón con buen apoyo para la columna.
- Evitar sentarse en sillas y sillones que se hunden.
- Llevar una alimentación correcta y con antinflamatorios naturales (jengibre, Salmon, cúrcuma…)
- Evitar ejercicio de impacto para no comprimir más el disco.
Complementando lo mencionado, desde la fisioterapia y la hidroterapia, nos aportarán:
- Un alivio del dolor de espalda y el irradiado a los brazos o piernas.
- Aumento de la movilidad. Estiramientos y mejora de la postura corporal.
- Mayor resistencia física. Fortalecimiento de la musculatura.
- Evitar la cirugía (en algunos casos).
- Disminución de la toma de medicamentos contra el dolor.
¿Sabías que la hidroterapia es el mejor ejercicio sin impacto para la hernia?
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