Hacer deporte tiene incontables beneficios sobre la salud, no solo a nivel articular, muscular o cardiovascular, sino que también los tiene a para el sistema inmune.
Varios estudios realizados en este sentido analizaron las modificaciones que produce el ejercicio físico sobre las células inmunocompetentes del organismo, y concluyen que la actividad física es beneficiosa para nuestro sistema inmune.
El ejercicio induce la producción de leucocitos, fundamentales en nuestras defensas, y su circulación por el torrente sanguíneo, así como la producción de anticuerpos y citosinas antiinflamatorias.
Gracias a los trabajos realizados por Nieman et al (1999) se sabe que las personas que realizan ejercicio moderado y continuo presentan menor número de infecciones por que el sistema inmune se fortalece.
Al realizar ejercicio se activa el metabolismo, con la consiguiente quema de grasas, neutralización de radicales oxidativos y del estrés. Veamos un poco más:
- Activación del metabolismo: El ejercicio utiliza las grasas para obtener energía y poner los músculos en movimiento. Así se consigue descender los niveles de grasa en el cuerpo y mejorar las condiciones de trabajo del sistema inmune. Esto evita los efectos pro-inflamatorios producidos por los adipocitos que desparecen como consecuencia de la actividad física.
- Efecto antioxidante: el ejercicio moderado tiene un efecto facilitador de producción de enzimas que colaboran en los procesos antioxidantes, especialmente en las células inmunitarias. Las hormonas actúan modulando las acciones del sistema inmunológico puesto que los órganos más importantes del sistema inmune, (timo, bazo, ganglios linfáticos), poseen receptores para muchas hormonas. Por ejemplo, la adrenalina y la hormona de crecimiento (HG), aumentan como consecuencia de la realización de ejercicio y estas a su vez tienen su efecto. La hormona del crecimiento facilita la activación de las células inmunocompetentes al mismo tiempo que protege la formación de linfocitos T en el timo, y esto ocurre incluso varias horas después de finalizar el ejercicio.
- También el sistema nervioso central se ve influenciado por la realización de ejercicio, y este a su vez desempeña un papel importante en la regulación del sistema inmune a través de hormonas.
- ¿Y con el estrés? ¿Cómo hace descender las hormonas del estrés?, como ya os hemos contado en artículos anteriores como «Beneficios del deporte en el cerebro» o «La natación y la ansiedad«, debido a la producción de endorfinas positivas que ayudan en disminución de la secreción de cortisol.
Aunque pueda parecer complicado, la realidad es que somos una máquina que funciona a través del intercambio de energía, somos química en nuestro interior por decirlo de algún modo y eso hace que, si mantenemos nuestra química en orden, nuestra salud será mejor.
Para ello el deporte es fundamental, al igual que lo es la alimentación y el descanso pues de lo que comemos y descansamos nuestro cuerpo, también hace química.
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