Aprender cualquier cosa en la vida no es fácil, todo aprendizaje lleva un proceso, diferentes partes a desarrollar, técnica que perfeccionar, y mucha práctica. Por lo que tenemos que tener en cuenta que saber nadar lleva un tiempo.
Hoy queremos contarte un poco sobre qué necesitamos para empezar a saber nadar, como es la familiarización con el medio, la flotación, la propulsión, la respiración y la técnica.
Familiarizarnos con la piscina o con el agua, parece sencillo, para el que le gusta o ya sabe nadar en un par de clases, tendrás prácticamente medida la piscina, sus marcas, el espacio… pero para la persona que no sabe nadar, que le tiene pánico y es la primera vez puede traducirse en más de dos clases solo para meter la cabeza en el agua.
La propulsión es la acción que realizamos con las extremidades superiores e inferiores para lograr vencer la resistencia al agua y de este modo poder desplazarnos en el agua. Lo que significa que tendremos que trabajar como usar correctamente los brazos y las piernas para avanzar hacia delante, sin ahogarnos de cansancio en el intento.
La flotación consiste en ser capaz de sostenerse en la superficie del agua. Además, en natación tenemos que ser capaces de flotar estáticamente (cuando hacemos “el muerto”, coloquialmente dicho) y dinámicamente, cuando avanzamos por el agua para desplazarnos nadando. Esto parece fácil, pero no lo es, ligado a la familiarización del entorno, diremos que levantar los pies del suelo, avanzar flotando, meter la cabeza en el agua, y volver a poner los pies en el suelo, hay que trabajarlo.
Además, no olvidemos que hay que saber respirar, ¡¡ese gran reto!! Y que todos sabemos que es diferente en el agua, pero no sabemos muy bien porqué lo estamos haciendo mal. De forma natural, no tenemos que pensar en respirar, es instintivo, en natación hay que ser consciente de cuando se está realizando esta acción, porque hay que hacerlo en un momento concreto. Además, en cualquier otra actividad deportiva suelen recomendar respirar por la nariz, cuando en natación es mejor hacerlo por la boca, pudiendo entrar un chorro mayor de aire en unos segundos que sacamos la cabeza del agua, entre otras cosas.
¿Y qué nos queda? ¡La técnica! Una vez que somos capaces de coordinar todo lo anterior, debemos mejorar nuestra técnica, la patada, la brazada, las manos, los pies… y en 4 estilos diferentes.
Por todo ello es importante la planificación, organización y el tiempo. Si quieres aprender o que tus hijos aprendan, el momento es este, ahora que tienes todo el curso. No dudes ni un segundo en que el verano que viene habrás avanzado mucho, para sentirte seguro, y ser capaz de disfrutar en la piscina, la playa o el agua en general.
Como siempre os decimos, aprender a nadar no tiene una fórmula mágica, cada persona tiene su ritmo, su bagaje personal, sus miedos… una persona puede tardar 2 meses y otra, 3 años, nunca debemos subestimarnos a nosotros mismos, ni presionarnos con los tiempos de los demás, simplemente organizarnos con antelación para que no nos pille el verano nuevamente ¿te apuntas? ¿Qué es lo que más se te resiste? ¿qué fue lo que más te costó aprender?
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