Ahora que se acerca el verano, hablamos de que nuestros peques tienen que aprender a nadar, nos planteamos la opción de los cursillos intensivos.
¿Para que? tanto para aprender desde cero como para reforzar lo que ya sabemos o perfeccionar algo de la técnica, la coordinación o la potencia que se nos está resistiendo.
¿Por que elegir un intensivo? porque queremos aprender con rapidez. La diferencia de practicar natación todo el año, reside en que el objetivo en el segundo caso, es afianzar el hecho de realizar una actividad física dentro de nuestra vida diaria.
Los intensivos tienen dos características claves:
- Son clases diarias, una semana, una quincena o todo un mes, pero todos los días – de lunes a viernes-.
- Son en grupos más reducidos que los habituales, en el caso de nuestra piscina Bahía Madrid caso pasaremos de 3 peques a 2 en aprendizaje, de 4 a 3 en aprendizaje alto y de 6 a 4 en pre – escuelas.
¿Qué aportan estos factores al intensivo?
Al bajar la ratio de niños, el monitor podrá dedicar más atención a cada uno de ellos. Para un monitor será aún mucho más sencillo ayudar y dirigir en las posibles dificultades que tengan cada uno de sus peques.
Las clases diarias refuerzan los objetivos y disminuyen los posibles retrocesos en aprendizaje y motivación. La confianza entre alumnos y profesor se afianzará con mayor rapidez.
A pesar de ser cursos muy productivos, no podemos pretender que todos los niños aprendan igual de rápido en el mismo tiempo, o las mismas habilidades unos que otros. Cada niño es único.
En el caso de niveles más avanzados, hablamos ya de usar los intensivos con intención de perfeccionar las técnicas que se nos han podido quedar estancadas durante el año. Con menos niños y todos los días, la intensidad de la clase ayudará a terminar de captar los detalles.
¿Has estado en algún intensivo? ¿Qué es lo que más te ha gustado? ¿Qué diferencias ves de las clases a los intensivos?
Comments are closed.