Seguro que conoces este servicio, pero ¿lo estamos usando correctamente? Hoy venimos a hablar de la natación por libre.
Lo primero y principal a tener en cuenta con el nado libre, es porqué usamos este servicio. Antes de atreverte a decir “yo a mi aire nado mejor” hay que pensar en las consecuencias de nadar por libre de forma incorrecta.
Las consecuencias de nadar a “nuestro estilo” es que podemos estar haciéndonos daño sin saberlo, porque la natación es buenísima, pero para que la natación sea efectiva y tenga todos los beneficios que os mencionamos el mes anterior, debemos de hacerlo bien. Ese es el motivo de aprender desde pequeños – además de para no ahogarnos – para poder hacerlo correctamente sin atribuirnos ninguna lesión de más.
Dicho esto, entendemos que sabemos hacer correctamente los ejercicios, y que nos planteamos el día de nado libre, ¡nos vamos a la piscina! Y ¡ay va! Nos encontramos con calles, con gente, distintos niveles, no sé como meterme en el agua, me choco con el de enfrente… ¡Stop! Vamos a repasar las normas básicas de convivencia en nado libre. Por muy evidente que parezcan, a veces pasan desapercibidas.
_ Observa las calles, mira los ritmos que llevan los nadadores y elige la que se ajuste más a tu nivel. Si hay varias calles siempre entra en las de menos nivel para no entorpecer. Siempre hay tiempo de subir el ritmo y cambiar de calle.
_ Saluda, cuando entras a un sitio saludamos por educación, la piscina no es una excepción, te harás ver para que el resto de los nadadores adviertan tu presencia y además serás amable. Si quieres tirarte de cabeza, estás en tu derecho, pero debes tener cuidado y avisar al resto que entras en el agua, además de tener la previsión de si vas a alcanzar al nadador que lleves por delante hasta el punto de molestar, deja distancia antes de tirarte.
_ Si vienes a hacer ejercicios concretos y no a nadar, debes recordar que tiene que haber varias calles libres en la piscina, para que siempre haya alguna calle para nadar. Compartir ejercicios con nado es incómodo para ti, que haces ejercicios y para la persona que está haciendo largos, planifica bien cuando acudes a la piscina.
_ Cuando tengáis la suerte de ser solo dos en la piscina, podéis pactar ir cada uno por un lado de la misma callel indistintamente del ritmo pues cada cual tendrá su espacio; si por el contrario sois más de dos, habrá que circular como los coches, por la derecha.
_ Adelantar a veces es inevitable. Debemos ser precavidos, invadiremos el carril de la izquierda, y habrá que tener cuidado con los que vienen de frente y además separarnos lo suficiente de la persona que estamos pasando. No hay que asustar, ni invadir. Igual que adelantar en carretera, asegúrate de que puedes. En caso de no ser el momento adecuado, al llegar a la pared, puedes aprovechar y ponerte delante. Intenta, no dar constantemente golpecitos en los pies del que lleva menos ritmo que tú, es incómodo y molesto.
_ Si por el contrario, notas que te alcanzan constantemente, es porque hay alguien que tiene algo más de velocidad que tú, sé consciente de no entorpecer y deja que te adelanten, o en la pared que pase por delante de ti. No hay nada más incomodo que notar en los pies constantemente a alguien, por lo que dejarlo pasar será una tranquilidad para nadar.
_ Importante recordar que los monitores en este caso hacen de socorristas, además de impartir orden en caso de duda, acude a ellos.
_ Si notas que has podido hacer daño a alguien, párate y discúlpate. Parece que los golpes en natación son “normales” y no dejan de ser un momento incómodo. Al igual que en la calle, no cuesta nada pedir perdón.
Con estas pequeñas normas de cortesía, y educación, hacemos funcionar los ratos de nado libre de forma tranquila y agradable.
Obviamente en cada centro, tendrán sus propias normas, que debemos preguntar e informarnos antes de adentrarnos en la piscina.
¿Crees que habría alguna cosa más que es importante mencionar? ¡compártela con nosotros!
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