Muy buenas, bahieños. Como ya sabéis, de vez en cuando realizamos actividades lúdicas o festivas que se salen de la dinámica habitual de las clases. Estas actividades no son casuales y os vamos a explicar por qué.
Cuando los niños son apuntados a una actividad extraescolar, como la que desarrollamos en Bahía Madrid, en un primer momento lo acogen como una actividad nueva a la que va a ir a hacer algo diferente a lo habitual, y que por lo general va a ser divertido. Lo que ocurre es que a medida que va pasando el tiempo, se corre el riesgo de que empiecen a entender la actividad como una obligación más de las que ya tiene al cabo de la semana, y como está demostrado, cuando una actividad placentera y voluntaria se convierte en obligatoria y rutinaria, la motivación intrínseca que nos moviliza a llevarla a cabo va disminuyendo progresivamente, hasta llevarnos a perder las ganas de desarrollarla.
Para mantener viva esa motivación intrínseca, debemos llevar a cabo tareas que hagan placentera per se la actividad. Es por eso por lo que con los alumnos más mayores se hacen sesiones de waterpolo cada dos tres semanas, aproximadamente, o que con los alumnos de las preescuelas se dejan cinco minutos al final de cada sesión para que, o bien jueguen libremente, o que realicen algún otro tipo de juego dirigido por el profesor.
Además, durante las sesiones también se pueden realizar ejercicios más o menos lúdicos. Esto es porque se sabe que los conocimientos se afianzan más fácilmente cuando la tarea destinada a la adquisición de esos conocimientos genera en uno sensaciones agradables y placenteras, así como emociones positivas. Ninguno de los juegos que se llevan a cabo durante las sesiones son “porque sí”, sino que tienen un objetivo pedagógico.
Como ya sabéis, en ocasiones puntuales hacemos eventos especiales, sobre todo en estas fechas que se acercan. Estas actividades son la fiesta acuática para los niños que ya saben nadar, y las jornadas de puertas abiertas para los grupos de niveles más bajos. Con estas actividades lo que buscamos es, aparte de esos incentivos que indicábamos antes, algo mucho mas profundo, es conseguir que los niños asocien nuestra piscina con un lugar agradable en el que estar, que piensen en nosotros como ese lugar en el que viene a divertirse y pasárselo bien, y no solo a aprender a nadar o hacer largos como un loco.
Por otra parte, lo que os hemos contado en las líneas precedentes, no se circunscribe exclusivamente al ámbito de las actividades infantiles, sino que seguimos la misma metodología en nuestras clases para adultos, por exactamente los mismos motivos que con los niños.
Queremos ser para vosotros ese lugar donde reírse, gritar, jugar, donde los profes se disfrazan y los padres pueden entrar de vez en cuando a compartir ese espacio lúdico-pedagógico con sus hijos, donde ponemos castillos hinchables y podéis poner a prueba vuestras capacidades a través de la competición sana.
Esperamos que disfrutéis de todas las actividades que ponemos a vuestra disposición y que os lo paséis pipa viniendo a la piscina.
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