Hoy, entre las cosas que trabajamos en hidroterapia, vamos a contaros un poco sobre la artrosis. Es una enfermedad del sistema musculoesquelético, con una alta prevalencia (mayor en mujeres que en hombres) que aumenta con la edad.
A nivel mundial la artrosis de rodilla y cadera es una de las causas más importantes de dolor e invalidez, particularmente en el adulto mayor. El inicio, progreso y severidad de la artrosis de rodilla se han asociado con atrofia muscular y alteraciones de la biomecánica articular.
¿Dónde hay un problema? En la inactividad secundaria a los síntomas de la artrosis. Ésta produce atrofia muscular y deterioro en la condición física, lo que aumenta el dolor y acelera la progresión de la enfermedad hasta la invalidez por incapacidad funcional física.
La eficacia del ejercicio en el agua, a la hora de reducir el dolor y mejorar la capacidad funcional en pacientes con artrosis de rodilla, está muy bien documentada.
Existe evidencia considerable de que el ejercicio físico constituye una intervención eficaz en el estilo de vida de los pacientes y se le considera una terapia conservadora, efectiva para el dolor y déficit funcional causada por la artrosis de rodilla, por lo que se recomienda como tratamiento conservador de primera elección en múltiples guías clínicas.
¿Qué podemos trabajar en el agua?
Nosotros, como centro de hidroterapia, vamos a ver qué podemos trabajar en el agua. Nos marcaremos como principales objetivos en las sesiones:
- Reducción del dolor
- Reducción de la inflamación
- Reducción de la sensación de rigidez
- Mantenimiento o mejora de los rangos articulares
- Trabajo de propiocepción y equilibrio
- Reeducación postural y de la marcha.
Por supuesto, siempre desde un punto de vista personalizado, haremos la valoración a cada caso, para saber qué se ajusta mejor a sus necesidades, y así conseguir una mejor calidad de vida.
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