Queridos padres, como recordaréis, en la última entrada estuvimos hablando sobre como afrontar el inicio del curso con nuestros peques y os estuvimos dando algunos para que la adaptación, especialmente la de los más pequeños, sea lo más rápida posible.
Pues bien, en esta ocasión queremos hablar de otra situación que puede resultar problemática cuando nuestros niños están en los cursos de natación de Bahía Madrid, y es el cambio de los que llamamos Aprendizaje al nivel de Pre-escuela.
En los últimos años hemos detectado que, en ocasiones, a los niños les cuesta adaptarse a este cambio, que en principio debería resultar satisfactorio, y esto es así, porque cualitativamente, hay un gran salto de un nivel a otro. Es por eso por lo que en las siguientes líneas os vamos a desgranar lo que os podéis encontrar y cómo afrontarlo cuando vuestro hijo pase al siguiente nivel de su progresión.
¿Qué puedo esperar?
Mi hijo/a ya no quiere venir. Este es uno de los problemas más comunes que nos encontramos, y es que es posible que el niño no venga tan contento como venía antes o incluso que ya no quiera venir a la piscina, cuando antes le encantaba.
Y, ¿a qué podemos atribuir este cambio de actitud? Cambiar de nivel en este momento no es solamente cambiar la ubicación donde se le dan las clases dentro de la piscina, sino que supone todo un cambio en la metodología de enseñanza y en los contenidos de las clases. Cambiamos de tener un profe dentro del agua a que las instrucciones nos las dan desde fuera, y los ejercicios tienen un perfil mucho más técnico y menos lúdico. Aparte de que, lo más probable, es que el monitor ya no sea el mismo.
Sale muy cansado. Esto es normal ya que, además de durar la clase 45 minutos en lugar de la media hora que duraba antes, la forma de nadar ya no es la misma. Ahora tienen que nadar los largos completos, solos y con la ayuda de mucho menos material del que necesitaban en el nivel anterior, con lo cual, hasta que su cuerpo se adapte a esta manera de trabajar, es natural que salgan más cansados de lo que lo hacían antes.
¿Cómo afrontarlo?
En primer lugar, paciencia. No deja de ser un periodo de adaptación como cualquiera de los muchos a los que se va a enfrentar en la vida, y, como en cada una de esas situaciones, quienes tenemos que aportar seguridad y confianza a los niños, somos los adultos de su entorno, empezando por sus padres y siguiendo, en este caso, por el personal de la piscina. Para proporcionarle esas certidumbres que nos va a reclamar ante esta situación incierta, lo mejor que podemos hacer es anticipar todo lo que va a ocurrir, como, por ejemplo, decirle quien va a ser su nuevo profe, en que parte de la piscina va a nadar a partir de ahora o cómo se desarrollan las clases desde este momento.
Pero es que, además de lo anterior, podemos trabajar un punto que es posible que en ocasiones se nos olvide, que es la AUTOESTIMA del niño. No podemos olvidar que si ha llegado a cambiar de nivel es porque en el nivel anterior lo hacía francamente bien, y eso son cosas que le tenemos que hacer saber. Además, contamos con una herramienta para fortalecer su autoestima, que son las hojas de nivel. Este documento se les entrega a todos los niños cada vez que superan con éxito un nivel y pasan al siguiente, y consiste en un boletín parecido a las notas del colegio, en el que se indica cómo de bien ha desarrollado las habilidades propias del nivel que ha dejado atrás. Como no puede ser de otra manera, estas notas son necesariamente buenas, con lo que el propio alumno puede comprobar sus progresos. Además, contiene un apartado de observaciones personalizadas del profe.
Y no podemos olvidarnos de utilizar el recurso de que ahora ya es mayor, pues va a nadar con los mayores y a hacer cosas de mayores. Esto, salvo algunas excepciones, suele resultarles muy atractivo a la mayoría.
En resumen
Este es un cambio cualitativo importante en el proceso de aprendizaje de la natación de vuestro hijo, y como todo cambio, genera incertidumbre, pero a la vez es necesario para progresar, y, de hecho, es una muestra de ese progreso. Por eso, es importante que el niño vea y entienda que es un logro muy importante y que lo ha conseguido el solo.
Nosotros, como padres y profes, tenemos que ser los que les impulsemos a avanzar. No tengamos miedo al progreso de nuestros hijos.
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